La Prefectura se convirtió en un aliado firme en este propósito. El último fin de semana destinó un equipo caminero para apoyar una minga comunitaria que tuvo como propósito mejorar un camino secundario. Las familias, además, recibieron atención médica, por intermedio del Patronato Provincial.
IBARRA.- Lenin Vásquez ve con satisfacción como crece su barrio. Él dirige San Francisco de Chorlaví, un poblado ibarreño que antes carecía de servicios elementales. En el transcurso de los años este panorama ha ido cambiando. Hoy los habitantes gozan de comodidad y progreso, al contar con obras, especialmente de infraestructura básica.
Es el resultado de la gestión permanente de las directivas que han ido pasando por aquí. Esta vez el turno fue para Vásquez, líder convencido que solo el trabajo mancomunado sirve para conseguir objetivos claramente trazados, que a la postre, permiten tener una vida digna, así como en las ciudades de mayor concentración poblacional.
El espíritu luchador demostrado por los moradores motivó a la Prefectura a estructurar un plan de apoyo. Lo hizo en dos ejes: la vialidad y la salud. Todo esto en armonía con el concepto que maneja el titular del organismo, Pablo Jurado. “No solo las obras de cemento son importantes. El bienestar de la gente está más arriba de todo”.
El sábado, 20 de julio, se evidenció un movimiento inusual en este sitio. Las familias despertaron más temprano para aprovechar la presencia de la institución y ser parte de los beneficios que presta. En forma ordenada se apostaron en una de las viviendas centrales en donde se ubicó el equipo médico del Patronato Provincial. Allí recibieron atención odontológica y fueron examinados, con el fin de controlar y evitar enfermedades comunes.
Otro grupo se encargó de colaborar con el equipo operador, cuya misión fue la de mejorar uno de los caminos secundarios que sirve de acceso a alrededor de 25 propiedades. En medio de polvo espeso, la maquinaria desalojó los montículos de tierra, piedra y vegetación dejando al final el camino expedito para la movilización.
La llegada de las autoridades motivó aún más el optimismo de los vecinos. El prefecto Pablo Jurado y su esposa, la presidenta del Patronato Provincial, Teresa Carrera, fueron recibidos con sonrisas. No era para menos, su presencia significaba estar en sintonía con sus aspiraciones, pero, además, abría la oportunidad de estrechar sus manos y proponer una continua intervención, buscando materializar alianzas con la Municipalidad de Ibarra.
El prefecto respondió en forma positiva a las expectativas. Dijo estar contento de ver la unidad de este territorio para hacer realidad sus objetivos. Explicó que las campañas médicas serán continuas, a través del Patronato, pero también se multiplicarán acciones para implementar obras que son requeridas con urgencia.
Su esposa Teresa Carrera respondió en igual forma. “Agradecemos la confianza en nuestro trabajo. Así como lo hemos venido haciendo en las 36 parroquias rurales, el Patronato, con toda responsabilidad, está a su servicio. Sepan que tienen en la institución un aliado permanente, pero es necesario que sigan manteniendo la unidad a fin de poder canalizar con mayor eficiencia nuestra labor”.